Entendemos que el
enfoque planteado supra, que parte del dominio de la disciplina y de uno de sus
artefactos tecnológicos fundamentales como son los sistemas de información
contable concretos, nos permite una perspectiva de análisis mucho más rica para
abordar los permanentes cambios que se van suscitando en el contexto social,
económico y tecnológico.
Sostenemos que, si
bien es cierto que la tecnología de la información en los últimos años ha
sufrido avances sustanciales en lo que se refiere al procesamiento de la
información y su distribución, no es ella la que nos permite un nuevo
pensamiento sobre cómo proporcionar información útil, sino exactamente, al
contrario: una concepción amplia de la Contabilidad será la que pueda hacer que
el instrumento tecnológico le sea funcional.
Hace más de una
década que señalábamos que los sistemas de información contable, concebidos
desde una óptica ampliada, constituían los sistemas de información básicos de
las organizaciones (García Casella y Rodriguez de Ramirez, 1991). Lo hacíamos
allí, a partir de la configuración de diversos subsistemas que, definidos con
un criterio económico y práctico para el ente en cuestión, se articularan de
forma tal de permitir aportar a los decisores información útil en los distintos
sectores de la organización (y, agregamos, también a los externos, según los
perfiles que puedan llegar a definirse).
Indicábamos que la
forma más adecuada para sustentar ese tipo de sistemas se daría a través de la
integración sistemática de bases de datos que permitieran concentrar toda la información
relevante de la vida de las organizaciones. No aspirábamos a una reconcepción
de la “transacción
multidimensional” como la planteaba Montesinos Julve (1989) para modificar el método
de registración por partida doble sino a una concepción relacionada con la
captación de datos de diferente naturaleza, y puntualizábamos que dicha entrada
de datos, en lo posible por única vez, debería alimentar a los distintos
subsistemas que conformaran el sistema de información contable integrado.
Dentro de él, el denominado de “contabilidad centralizadora”, cumplía un papel
interesante y creemos que cabe, hoy en día, realizar algunas puntualizaciones
al respecto
Este subsistema surgiría como receptor de elementos (datos, información, archivos, documentación) provenientes de los otros subsistemas, en algunos casos bajo la denominada“partida doble” para la preparación de informes sobre la base de modelos tradicionales (como los estados financieros), pero no se limitaba a ellos sino que, desde la óptica actual podría responder a la configuración de modelos más amplios sobre distintas materias de análisis, como podrían ser, entre otros, los denominados tableros de comando. No considerábamos que este subsistema tuviera preeminencia sobre los anteriores sino en lo que se refiere al modelo sintético subyacente que permite obtener una visión global o de conjunto de la gestión del ente hacia los diversos objetivos organizacionales.
Este subsistema surgiría como receptor de elementos (datos, información, archivos, documentación) provenientes de los otros subsistemas, en algunos casos bajo la denominada“partida doble” para la preparación de informes sobre la base de modelos tradicionales (como los estados financieros), pero no se limitaba a ellos sino que, desde la óptica actual podría responder a la configuración de modelos más amplios sobre distintas materias de análisis, como podrían ser, entre otros, los denominados tableros de comando. No considerábamos que este subsistema tuviera preeminencia sobre los anteriores sino en lo que se refiere al modelo sintético subyacente que permite obtener una visión global o de conjunto de la gestión del ente hacia los diversos objetivos organizacionales.
Muchas publicaciones
recientes sobre tecnología de la información realizan una aproximación inversa,
partiendo de la tecnología y haciendo hincapié en la necesidad de vincular sus
desarrollos con los procesos de negocios dentro de las organizaciones. Se
refieren al Sistema de Tecnología de información de la Empresa como un elemento
que asume facetas casi fantasmagóricas al estar sobrevolando todas las
actividades organizativas.
Se habla de los ERP,
de los ASP, de los CRM, de los SCM del e-commerce, del ebusiness, del
e-government y abarcativamente de los ERP-II o del e-ERP, como desarrollos particularísimos
y novedosos cuya vinculación con la función contable aparece como tangencial.

Sin necesidad de
recurrir a esas aplicaciones sofisticadas que por sus elevados costos y problemáticas
de implementación han sido hasta el presente utilizadas por empresas grandes, entendemos
que un enfoque amplio desde las necesidades de cada organización permitirá estructurar
sistemas de información contables adecuadamente integrados aunque no lo sean desde
la perspectiva de la infraestructura de la tecnología de la información
utilizada. Así las
PYMEs y hasta los
microemprendimientos podrían contar con herramientas válidas para encarar los
desafíos que les plantea la supervivencia en un contexto muchas veces hostil
para quienes no alcanzan determinadas dimensiones económicas.
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